12 septiembre 2014

Banana-sushi

Tendríais que ver la tristeza de mi tupper de hoy. Es tan triste tan triste, que a pesar de que a las 9 de la mañana ya habría podido comerme una paella con pan (viva el hidrato) con una ensalada, y con un helado de postre, no he tenido valor para comerme el tupper aún y ya hace 5 horas que mis tripas cantan una saeta doliente. La parte buena es que lo triste engorda menos. La mala, además de la tristeza, es que cuando llego a casa me tiro haciendo el ángel sobre cualquier cosa de comer con aspecto bonito y apetitoso.
Y cuando digo que me tiro es que soy capaz de escamotearles la comida hasta a las carnes de mis carnes que son mis hijas queridas pero a las que cuando tengo hambre no recuerdo haber parido.
Así me pasó en una ocasión en la que el tupper que me había llevado a la oficina también fue de saltar las lágrimas, cuando con toda mi ilusión de buena madre pensé en hacerles a mis nenas esta merienda que sabía que les iba a encantar...
Corrí el tremendo riesgo de comprar un bote de Nutella a pesar de que ha estado prohibida en mi hogar en los últimos meses porque el peligro sofá-nutella-a-cucharadas-me-he-ventilado-tres-cuartos-del-bote siempre está ahí dados mis antecedentes. Pero sabiendo que iba a tener que tirar de mi fuerza de voluntad, lo compré por hacerles esta monada de merienda.
Compré los pistachos y los piqué a cuchillo sin caer en la tentación de despistar alguno a la boca. Y pelé las bananas con una pinza en la nariz para evitar que me llegara el aroma que tiene una banana madura y dulce y echarlo todo a perder.
Ya cuando vi que estaba necesitando la pinza para la nariz supe que aquello no andaba bien. Mis niñas queridas, las destinatarias de MI merienda empezaron a parecerme más bajitas y con pelos en los pies. Ya estaba dudando de si las había traído yo al mundo en los madriles o su verdadero origen era  La  Comarca  en la Tierra Media. De hecho, en pocos minutos, la mayor con su pelo rubio ya era Bilbo Bolsón de joven y la pequeña con su pelo oscuro empezaba a parecerse a Frodo. Todo encajaba. Querían quitarme MI merienda. Mi tessssoroooo.
Para que luego digan que la enajenación mental transitoria no es una realidad. Un shock post-traumático generado por mi tupper de tristes lonchas de pavo con un huevo duro.
No es la primera vez que mi  Smeagol - Gollum  personality  me juega una mala pasada. En esta ocasión el momento Smeagol lúcido me permitió engañarme a mí misma diciéndome que no les daba aún MI la merienda a los hobbits las niñas porque iba a hacerle unas fotos. Sólo era cuestión de unos minutos y luego ya se la comerían.
Imagino que ya podéis anticipar que tal cosa no sucedió. Mientras hacía las fotos me comí algún trozo por exigencias del guión: que si lo cojo con los palillos y se me cae y total ya me lo como porque se ha quedado un poco aplastado; que si lo cojo con los palillos y no se me cae pero ya que lo tengo cogido para que lo voy a soltar... y todo acabó conduciendo a que se desencadenara mi venganza sobre el triste tupper y me abalancé a tumba abierta y sin palillos sobre la merienda robada a sus legítimas dueñas. Y se quedaron sin catarla. Bueno, la cataron al final porque cuando se aplacó mi furia vengadora de tuppers tristes les preparé otra banana para ellas e incluso me ayudaron a hacerla.

En fin, que esto no tiene ni receta porque es muy fácil, pero os digo cómo lo hice por si tenéis el día del tupper triste y necesitáis alegraros la tarde. Eso sí, no contéis con que lo vais a compartir porque no creo que lo consigáis.

Ingredientes
  • una banana grande (o plátano, pero es que a mí me gustan más las bananas. Mi corazón es español pero mi paladar bananil es de Costa Rica, lo siento)
  • Nutella
  • Un puñado de pistachos sin cáscara
  • Una cucharada de semillas de amapola
Preparación
  1. Pela la banana. Puede parecer un paso obvio pero nos conocemos ya...
  2.  Pica los pistachos con el cuchillo en trocitos pequeños.
  3. Con una cuchara, o una espátula, o un cuchillo embadurna bien un lado de la banana hasta que quede cubierta con una buena capita de Nutella.
  4. Esparce los pistachos en un plato llano y pasa la banana por el lado de la Nutella por encima para que se "reboce" en los pistachos.
  5. Haz lo mismo con las semillas de amapola o directamente échaselas por encima. Se irán quedando pegadas a los huequitos libres entre los pistachos.
  6. Presiona ligeramente con los dedos para que se queden los toppings bien adheridos a la Nutella.
  7. Mételo al congelador durante unos 15-30 minutos.
  8. Córtalo en rodajas y a comer.
Cosas a tener en cuenta:
- el "rebozado" tiene mil posibilidades: crocanti, almendra laminada, coco rallado, nueces picaditas, fideos de colores, choco krispis...
- En vez de Nutella el pringue puede ser mantequilla de cacahuete.
Falete un día que se llevó de comer un tupper de jamón york y apio y acabó haciendo el ángel sobre la merienda de alguien.





































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8 comentarios:

  1. Jajajajaja me parto de risa! Lo de llevarse un tupper súper dietético (y triste) y terminar "haciendo el ángel" sobre LO QUE SEA (mientras sea calórico), me suena, me suena... jajajaja
    Estoy un poco hasta la peineta de madres que van de divinas "yo por mis hijos me sacrifico lo que sea", así que me encanta tu punto destroyer, reconociendo que cuando hay hambre de la buena, las niñas pasan en segudno plano! Lo cual no quita por supuesto que seas una supermami. Ya baste de mitificar! :)
    Besos guapa

    PS: Mi estómago que acaba de quedarse silbando melodías, como dice mi tía, después de la ensalada de judías verdes que me he comido, me encarga que te diga que se comería cinco o seis de tus plátanos sushi.

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  2. Hija, yo es que con la comida no juego. Y la que se alimenta mal por mis hijas soy yo Que ellas van divinamente alimentadas y yo como un tupper frío de caca para salir pitando del trabajo a estar con ellas. Así que un platanito rico para la madre de vez en cuando no es mucho pedir a cambio de ser una madre divina el resto del tiempo, jaajajaja!!!

    Me alegro un montón de que te haya gustado! Dios! Ensalada de judías verdes.... Está rica, seguro, pero es tristona. Jajaja.
    Besos guapa!

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  3. Bueno guapa, qué te voy a decir..que mi suegra ha traido algunas "golosinas"( dulces de Argentina) y que los he escondido para que lo peques no los devoren...que si la pequeña me ve con un alfajor le digo que es una ensalada de tomate y lechuga.. :P
    esto lo hago seguro, pero cuando me dejen sola y pueda disfrutar de mi momento plátano con nutella (aunque estoy pensando que un chocolate fundido le va de maravillas también!)
    la foto de Falete, mortal y muy apropiada ejjeje
    besote!
    Flor

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  4. Ufff, eso de me quito la comida de la boca para dársela a mis hijos tampoco va conmigo. De hecho cuando nos sentamos a comer no es raro que mi marido diga: "deja a tu madre tranquila hasta que coma un poco. No ves que está temblando..." jajaja.

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  5. Dí que sí, cuando una se ha comido una triste comida dietética... y de repente ve un vergel de chocolate encima de una banana.... no hay carne de mis carnes que valga!! Que ya una suficiente se sacrifica por los hijos, corriendo a todos lados, cocinando, jugando con ellos, etc etc etc... Creo que seríamos aptas para ese club que hay por internet y que se llama "El club de las malas madres" (refiriéndose a estas cosillas, por supuesto... jajaajajaj).
    Tu idea me ha parecido fantástica, y taaaaaan fácil que creo que una tarde de estas cae seguro.
    Por cierto, haces bien en avisar, que no siempre es tan obvio que hay que pelar la banana :P jajajajajjaa
    besos

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  6. Jajajajajajaja!!!

    Me meo con la foto que has plantado bajo las palabras "mantequilla de cacahuete". Yo tengo la gran suerte de que no me gusta la nutella (bien por mi trasero), solo el chocolate cuanto-mas-amargo-mejor y claro, negro negrísimo.

    Y también la desgracia de que en el curro me pagan un menú del día (sí, es una desgracia de ensalada y pescado cada día, y ni esas dos cosas se salvan siempre de ser ultragrasientas)

    Pero al menos no lucho contra los tuppers, que es un aburrimiento total, algo es algo...

    Y no sufras, si será por plátanos y botes de nutella!!!

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  7. Una idea genial!!! La probaré, saludos desde Buenos Aires. http://alestilodecorina.blogspot.com.ar/2014/09/budincitos-de-vainilla-banados-en.html

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  8. Jajajaja yo también pillo el bote de nutella cuando llego de trabajar. tengo un hambre por la tarde...!! La verdad es que camuflar la nutella en un plátano, es decir, fruta sana, te quita de un remordimiento postmeriendahipercalórica, jejeje. Y tus niñas mirándote con cara de Gollum, jajaja.
    Un beso

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