Me encantan los pies (en inglés por favor, no confundir con los pinreles, que no es que me disgusten siempre que pertenezcan a personas de 10 años de edad para abajo, a partir de ahí ya es raro que me gusten).
Este cherry pie evoca inevitablemente para mí a la mítica serie Twin Peaks. Twin Peaks es para mí LA serie de las series. La que nadie que fuera contemporáneo a su emisión ha podido olvidar. Más de 20 años después mi cabeza reproduce la melodía que acompañaba a las imágenes neblinosas de las montañas sin ninguna dificultad.
El Agente Especial Cooper del FBI, tan listo y tan guapo pero con esa debilidad por el cherry pie que hacía que pareciera un ser más terrenal dentro de ese cosmos de espiritualidad, enigma, misterio y surrealismo que era ese pueblo perdido.Como no podía ser de otra manera, iconos como el cherry pie han resistido el paso de los años en el imaginario de mucha otra gente como he podido comprobar al leer hoy la entrada de Con las Zarpas en la Masa. De lo que no comenta nada es de otros momentos que han quedado a fuego grabados en mi retina: os acordáis de lo que Audrey era capaz de hacer con los rabitos de las cerezas? Y del enano que bailaba?
atentos a la mano impaciente, no será la primera vez que la veáis |
Así que yo también he hecho esta tarta por si queréis animaros y probarla antes de que pase la temporada de cerezas. No lo dejéis pasar y recordad "Fuego camina conmigo".
Ingredientes
- 200 grs de mantequilla muy fría cortada en dados
- 400 grs de harina
- 2 cucharadas colmadas de azúcar
- 90 ml de agua helada
- 500 grs de cerezas sin hueso y sin rabitos
- 1 clara de huevo
- 100 grs de harina
- 25 grs de harina de maíz (yo uso Maizena)
- 1 cucharada de extracto de vainilla
- 5 gotitas de esencia de almendra
Preparación
- Lo primero es preparar la masa quebrada. Después de leer mucho sobre estas masas lo que he aprendido es que no hay que trabajarlas casi nada. No queremos que se calienten, de ahí que todos los ingredientes tienen que estar lo más fríos posible, porque no queremos que se desarrolle el gluten que haría que la masa fuera elástica y no crujiente como queremos que sea. Por esto mismo no la amasaremos apenas, para que el calor de las manos no haga que se vuelva elástica la masa. La mejor manera de conseguir esto es mezclando con las manos la mantequilla fría con la harina y el azúcar, pero poco, desmenuzando con los dedos para que quede una especie de arena gruesa. Y a continuación ir añadiendo agua muy fría, y trabajar lo justo para que la arenilla se compacte un poco y podamos hacer una bola con ella. Yo que uso la tmx para hacer esto lo hago como indicó la sabia SandeeA en su blog La Receta de la Felicidad, poniendo todo a la vez en el vaso y mezclando únicamente durante 10s a velocidad 6. Y fuera. No importa que queden trozos de mantequilla sin mezclar bien. Es justo lo que queremos. Cuando esté lista hacemos 2 bolas con la masa y la metemos en el frigorífico al menos 30-45 minutos para que vuelva a enfriarse y si había cogido algo de temperatura la pierda.
- Preparamos el relleno: en un bol mezclamos las cerezas deshuesadas (deshuesarlas es lo más rollo de esta receta, pero venden deshuesadores y además hay truquitos que se pueden emplear como el que vi en Directo al Paladar) con el azúcar, la maizena, la clara de huevo y los aromas de vainilla y almendra. Revolvemos bien para que se impregnen las cerezas y lo dejamos reposando en el frigorífico hasta que acabemos con la masa para que el relleno también esté frío.
- Sacamos la primera bola de masa de la nevera y la estiramos con un rodillo hasta que esté redonda y fina, como de 3mm de grosor (la mía es más gordita pero es que me encanta morder esta masa y me gusta que quee gruesa en la tarta). La colocamos sobre un molde y dejamos que sobresalga por fuera el exceso de masa, ya lo cortaremos al final. Metemos el molde forrado con la masa al congelador mientras estiramos la segunda bola de masa que será la que hará de tapa del pastel.
- Sacamos el molde del congelador y el relleno del frigorífico. Vertemos el relleno en el molde forrado con la masa y cubrimos con el segundo disco de masa. Apretamos bien los bordes con pequeños pellizcos para que quede un dibujo bonito y ahora sí, retiramos el exceso de masa. Esta masa sobrante se puede guardar para hacer alguna tartaleta de frutas.
- Metemos toda la tarta al congelador mientras se precalienta el horno a 190º. Os preguntaréis el motivo de tanto trasiego neverapadentroneverapafuera-congeladorpadentrocongeladorpafuera. Es para que la masa no esté nada blanda cuando vayamos a meterla al horno porque se humedecería en seguida con la fruta y la base quedaría poco crujiente.
- Cuando el horno esté listo (unos 7-10 min) sacamos la tarta del congelador y la pintamos con huevo batido. Le hacemos unos cortes en la superficie para que deje salir el vapor y al horno con ella hasta que la veáis doradita y con pinta crujiente. La mía tardó en estar así unos 50 minutos.
- Dejadla enfriar y reposar. Para mi gusto estaba mejor al día siguiente.
Y bailad, bailad con este sentimiento. Yo le dedico un baile a una gran bailarina de Twin Peaks, mi amiga Clara.
ohhh, cómo he podido vivir yo sin conocer tu bloG??? Vale, lo he mirado y es que es un recien nacido, jajaja
ResponderEliminarTe he conocido gracias al asalta blogs y me encanta!!!
Salu2. Paula
PD: muy interesante que sepas hacerle el nudo al rabito de cereza, jajaja
Jajaja, Paula, nunca sabes cuándo vas a necesitar según qué habilidades. Muchas gracias por tus palabras, es un honor viniendo de ti!
EliminarBesitos