En mi caso particular yo no entiendo mucho de bollería industrial. Lo cierto es que de niña ni siquiera me gustaba el dulce. Cuando era pequeña y se me ocurría pedirle a mi madre un bollicao porque se lo veía a otras niñas en el cole, ella, una maestra en el arte del tuneo meriendil, me metía un par de onzas de chocolate en un trozo de pan y me lo intentaba colocar como un bollicao "alternativo". Hoy le confieso a mi madre que nunca coló. Siempre supe que aquello no era un bollicao pero me dio igual porque lo cierto es que el pan con chocolate que me comía mientras veía Barrio Sésamo con el trapo de cocina en las piernas para no echar migas me sabía mucho mejor de lo que estaba el bollicao. Estoy segurísima incluso sin haberlo probado nunca.
Lo malo es que la inocencia infantil se acaba, en todos los sentidos. Y en mi persona sucedió que mi despertar a la vida adulta trajo un efecto rebote en lo que a dulce se refiere. Cumplir 18 años y perder la cabeza por tartas, galletas, chocolates, Nutella, pasteles y chuches fue todo uno. Y así fue como conocí a la bollería industrial. Nuestra historia no ha sido constante ni seria. No encajamos bien desde el principio. Demasiado pringosa y con un sabor artificial que nos hacía estar todo el día discutiendo. Así que nos separamos. Pero todos tenemos nuestro talón de aquiles y aún hoy hay un par de cosas que doblegan mi voluntad sin remedio. Los donuts de chocolate fondant y los tigretones. No puedo resistirme a su llamada. Sé que son malos para mí y que la culpa posterior me atormenta durante días, pero lo confieso, me encantan. Esta misma debilidad es la que me confirma en mi sospecha de que están hechos con sustancias que seguro son ilegales porque producen adicción. Pero están tan ricos.
Esta mutación mía por el dulce deja a mi madre completamente libre de responsabilidad sobre mis niveles de colesterol, porque a partir de los 18, si eres mayor para salir por ahí y cambiarte de ropa y echarte rimmel en el ascensor, eres mayor para hacer con tus arterias lo que te parezca. Así que, como mis hijas aún son pequeñas, la responsabilidad coronaria me invade (bueno, no me puede invadir porque tengo todo mi espacio interior ocupado por la responsabilidad sobre su educación, su higiene, su felicidad, su seguridad, su capacidad para relacionarse, su sustento, pero vamos que se hace un hueco entre las responsabilidades de madre) y trato de que sus desayunos y meriendas sean siempre caseros. Aún así una vez cada 15 días les compro para merendar al salir del cole un donuts de chocolate fondant. Necesito compartirlo con ellas. Para que sepan que hay cosas ricas por el mundo, pero que no se pueden comer todos los días, porque dejarían de ser ricas para ser simplemente nocivas.
Un inciso: ¿cuándo empezaron a llamarse fondant y no simplemente donuts de chocolate? Ah sí, cuando aparecieron esos imitadores vulgares que son los donuts bombón. Son como Beckham y Guti pero en donuts.
En la categoría de bollería industrial están para mí las palmeras de chocolate, esas grandotas que vendían en la cafetería de mi colegio hechas con aceite de palma con un contenido en grasas saturadas que hacía que el chocolate no se fundiera ni al sol. Así que mi versión casera de bollería industrial ha sido de palmeritas pequeñas, crujientes y ligeras que se conservan fenomenal y que sirven tanto para desayuno o merienda como para acompañamiento de un café o como relleno de ese agujero negro en el estómago con el que llego yo a mi casa muchos días a las 5 de la tarde. En esos momentos, si lo que hubiera en mi encimera fuera un saco de 5 kgs chuches, yo no estaría aquí hoy sino en una página de homenaje póstumo en el libro guinness de los récords. Afortunadamente lo que encuentro suelen ser unas palmeritas. Me como un par y el monstruo de mis tripas se aplaca hasta la hora de la cena sin riesgo para mi vida.
Se hacen muy fácilmente. Están muy ricas con el baño de chocolate, pero también sin él. Yo de hecho creo que las prefiero sin. El único secreto es saber cómo doblar el hojaldre para conseguir la formita de corazón. Y aquí os lo dejo.
Ingredientes
- Una lámina de hojaldre rectangular refrigerado, NO congelado
- Azúcar
- Chocolate para fundir (opcional)
Preparación
1. Desenrolla la lámina de hojaldre y marca el centro de los lados más largos del rectángulo para que te sirva de guía al doblar después.
3. Dobla desde los lados más cortos del rectángulo hacia el centro, donde tenías la marca que hiciste en el punto 1.
4. Espolvorea de nuevo con azúcar y pasa el rodillo.
5. Vuelve a doblar hacia el centro, espolvorea de azúcar y rodillo.
6. Y finalmente, cuando ya no puedas doblar hacia el centro más porque ya está muy estrecho, dobla por el centro y espolvorea los lados con azúcar. Puedes ayudarte con el papel para incrustar el azúcar pasando la mano suavemente. Como en la foto.
7. Con un cuchillo afilado corta en rodajitas y ve colocándolas en una bandeja de horno cubierta con papel sulfurizado. No las amontones mucho porque crecen. Yo suelo cortar la mitad del rulo y el resto lo dejo en la nevera mientras se hornean las palmeras y después corto y horneo la otra mitad.
8. Aplástalas ligeramente con la hoja del cuchillo.
9. Coloca la bandeja en el figorífico mientras precalientas el horno a 200º.
10. Hornea unos 11-12 min por un lado y dales la vuelta con cuidado (el azúcar quema mucho) y hornea 2 min por el otro lado. Tendrás que prestar atención por si notas que se tuestan más de lo que te gusta porque estos tiempos son los que funcionan para mi horno pero ya sabéis que cada horno es muy suyo.
11. Deja enfriar completamente sobre una rejilla.
12. Si quieres bañarlas con chocolate pon 100 grs de chocolate para postres troceado a fundir en el microondas calentando a intervalos cortos para evitar que se queme. También puedes utilizar un paquetito de los de Dr. Oetker o similares de chocolate de cobertura.
13. Sumerge las palmeritas o báñalas en el chocolate por el lado que quieras o haciendo el dibujito que te guste.
14. Guárdalas en una lata.
Cosas a tener en cuenta:
- en general suelo preferir las planchas de hojaldre de Lidl porque son muy muy ligeras. Pero para estas palmeras me parece que se desmoronan demasiado y pierden la forma. Así que utilizo las de mercadona que además tienen el tamaño idóneo para el número de dobleces que hay que hacer.
No olvidéis pasaros por ¡Qué rico mamá! para ver las propuestas de mis compañeras de reto. Son una pasada.
A ms niñas les gustan tanto tanto tanto que me lo agraecen diciéndome lo mucho que me quieren.
Jajaja absolutamente cuando cumplimos los 18 si nos pintamos en el ascensor podemos comer porquerías a palés, la independencia es la misma, jajaja que arte. Bueno pero me encanta!!! Y aquí mezclamos perdiciones, mi perdición absoluta son las palmeritas de hojaldre, hasta por mi cumpleaños me hice una tarta de palmeritas, y es que me pirran!!!! Por lo que tu receta con ese toque de chocolate me flipa, y me alegra saber que a tí te gustan los tigretones, que yo precisamente he hecho para este reto :D qué coincidencia más bonita miarmaa, un besote!
ResponderEliminarTamara, una tarta de palmeras?????? Cómo es eso? La necesito YA.
EliminarY sí, hija, los tigretones son mi perdición.
Muchas gracias guapa. Mua
JAJAJAJA, las "guarreridas" caseras on infinítamente mejores.... esta palmeritas mi gran debilidad. Me encantan!!! Bs
ResponderEliminarAy!!!!
ResponderEliminarEsta sí que es una de mis debilidades con mayúsculas.
Me chiflan las palmeras de chocolate, bien grandes y la masa ligeramente cruda y llena de azúcar por detrás.
Son un manjar para mi, pero procuro no comprar no hacer porque no me domino. Hasta qué no acabo con todas, no paro.
Un besazo palmeril
Estuve a punto de hacer palmeritas para el reto, pero de las de yema. Me pirrrrrrannn!!!
ResponderEliminarYo creo que tu madre y la mía están cortadas por la misma tijera, jajaja. Lo del trapo para las migas lo he vivido, jajaja.
Ufff, esta es muy mala hora para ver los retos, tengo que parar!!! Qué hambre por Dios!!! Me voy a pasar la aspiradora, a ver si se me pasa, jajaja.
Un besazo!
Por cierto, la caña la última foto!!!♥
Y la primera me ha matao!!!♥♥♥
ResponderEliminarHola corazon!!!! Ya tenia ganas de vnir a verte, cuando vi la foto principal est mañana.. Me quedé embobada!!!!! Que pasada de fotos!! Las palmeritas son lo mejorcito para desayunar, riquisimas!!! Y me gusta el consejo del hojaldre porque yo siempre las hago con el del lidl y siempre me quedan feuchas!!!
ResponderEliminarY del tema de la sucralosa neni, ya te dije que yo te enviaba un poco si n encuentras!! Luego hay algun sitio x internet que yo he comprado y siempre puedes optar por ello si te gusta el sabor. Un besito reina
Me encantó! por lo sencilla y por el toque de chocolate!! Este finde las hago porque tengo hojaldre en casa! :) y preciosas las niñas!!!!
ResponderEliminarun besito fuerte! me encantan tus posts!
Flor
Me apunto !!! Todo lo que tenga que ver con comida rica y sana hace que me tire de cabeza al rio y si es aun encima en beneficio de los niños no hay mejor causa .
ResponderEliminarGenial entrada para no variar ;) me encanto la parte donuts bombón jajaja que risas
Un abrazo guapisima.
Hola chica "Plan B", lo primero que me encantas♥ y me encanta tu post!!!
ResponderEliminarLas palmeritas le pirrrrannnnna mis hijos!! Siempre me están diciendo que se las haga, y ahora con tu entrada ya no tengo excusa hija!!!
Las hago, si o si!!! y me encanta lo creativa que eres con las fotos y redactando, me lo paso super bien leyéndote!!
Bueno, guapa, buen fin de semana!!!!
Un besazo super grande♥
Que ricas !! lo buenas que estan y lo sencillas que son de hacer, es que te pones y te las comes del tirón. Yo también las hago en casa y con hojaldre comprado como has hecho tu. alguna vez he pensado en hacer yo el hojaldre casero pero me da una pereza de muerte, imagino que merecera´la pena pero yo me quedo con el comprado que sale muy rico y ahorramos tiempo.PUes yo siempre uso el del Lidl, y no me ha dado problema pero pienso probar con el de mercadona. Por cierto la última foto que has puesto es una pasada, muy chula y original. Un beso
ResponderEliminarQué buenas tienen que estar!! Te han quedado muy bien. A mí no me salen tan bien. Seguiré tu receta a ver si me salen. Bss.
ResponderEliminarBea hija mia me pirran las palmeras sobre todo de yema .. Me las comia en el isntituto sin remordimiento alguno .. Pensé en hacerlas porque en esta casa como compre palmeritas vuelan ... Antes de llegar a la piscina ya no hay . Tu manera es super fácil .
ResponderEliminarMe encantan tus post eres fantástica contando historias .Un beso palmerita soleada .
Hola!
ResponderEliminarMe encanta tu blog y por eso lo he elegido entre mis ganadores del premio Liebster Awards (no tengo ni idea de si cumples el requisito de tener menos de 200 seguidores, pero como no veo cuantos tienes y hace poco que descubrí tu blog pues te concedo el premio ^-^)
Si quieres participar concediéndole el premio a tus blogs preferidos mira el enlace :)
http://chocolate-y-caramelo.blogspot.com.es/2014/02/premio-liebster-awards.html
Besos.
Las palmeritas de chocolate son uno de mis vicios...Empiezo con una y es un no parar..Menos mal que no tengo las tuyas cerca! jaja
ResponderEliminarUn besote^^
Beatriz, guapa, llevo dos días de bólido y sin poder pasar a leerte y reirme un rato... qué madre más responsable eres!!! Yo de mayor quiero ser como tú :P jajajaja... bueno, para eso voy mal, soy ya más mayor que tú... jajajajaja
ResponderEliminarLas palmeritas me han parecido fantásticas y es verdad que aquellas de nuestra niñez no se fundían ni metiéndoles un soplete... el aceite de palma es milagroso!!! jajajaja
Por cierto, lo que hace vivir exiliada, no sabía yo que ahora los dónuts de chocolate se llamaban fondant... anda!!! Pero eso sí, te doy la razón en que son adictivos y tendría que investigarse qué es esa "substancia" que una vez en vena te hace querer comerlos ;)
Por cierto, aquel vestido col lombarda genial... viste el modelo champiñón?? Oye, que sin el sobrerito molaba y todo... jajajajjja
besos
Que palmeritas más deliciosas has preparado yo pruebo una y ya no puedo dejar de comer ni una. Se salen!!! Un beso guapa
ResponderEliminarQue lindas tus nenas, jejejeje, un detalle precioso !!!!
ResponderEliminarTus palmeritas se ven espectaculares, yo era muy golosa la verdad, no me compraban todo lo que pidiera pero de vez en cuando si me daban el capricho, recuerdo los bollycaos y sus pegatinas LOS TOIS ¿recuerdas?
TOI FELIZ
TOI FADAO
TOI SUEÑO
jejejeje, eran super cucos !!
Bueno , que acabo de llegar al grupo y ando dando una vuelta a todas para conoceros, así que ... nos vamos leyendo
Besos
Menudas palmeritas te han salido Beatriz! Creo que somos de una generación en la que las madres eso de la bollería industrial no les llamaba mucho, yo también he comido montones de veces pan con chocolate, y aunque estaba rico, tienes razón, no eran bollycaos, jajaja!!!
ResponderEliminarNo conocía este reto, gracias por descubrirmelo, creo que me irá muy bien esto de tener recetas para peques, que en cuanto el mini pumuky de la casa empiece a tener uso de razón, me van a hacer buena falta!
Una pasada de palmeritas, y una pasada de fotos!
Besos!
Beatriz, guapa, te dejé un mensaje ayer en FB con mi mail. Te lo dejo por aquí también
ResponderEliminaramarssrs@gmail.com
Escríbeme antes de irte de viaje con las dos recetas dulces y las dos saladas, sí??? Serás la anfitriona de marzo con US... porfiiiiiiiiiiiis, no me dejes sin plan B!!! :P jajajaja
besos!!
En mi casa tampoco se olía la bollería industrial, pero las palmeritas era de lo poco que me gustaba y que me dejaban comer!! Las he hecho un par de veces y no me han quedado con una forma tan chula como las tuyas, pero claro, les daba forma de palmera al meterlas en el horno en vez de dejarlas "aplastadas" como has hecho tú. Me copio tu truco!! ;)
ResponderEliminar(ya me he hecho fan tuya en Facebook para no perderme nada de lo que publiques!)
Qué ricas! en casa nos encanta hacerlas!!!!!
ResponderEliminarUn besazo, me quedo echando un vistazo por aquí!
Buenísimassssss!!!
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