Mamá-mamá-mamá-mamá-mamá
Dónde-está mi osito-Dónde está mi osito-Dónde está mi osito
Porfa-porfa-porfa-porfa porfa
No lo encuentro-No lo encuentro-No lo encuentro-No lo encuentro
¿Has buscado en su sitio? ¿En la cesta de los juguetes?
No lo encuentro-No lo encuentro-No lo encuentro-No lo encuentro
Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
Toma, aquí está. En la f..king dichosa caja de los juguetes.
Ahora puedo volver a meterme debajo de la ducha y aclararme el pelo. No sin antes secar el charco de agua que he dejado por el pasillo.
Para lidiar en la medida de lo posible con estas situaciones me he propuesto todas las tardes jugar un poquito al mikado. Consiste en tirar sobre una mesa una pila de palitos y hay que ir sacándolos por turnos sin que se mueva la pila, de tal forma que hay que pararse a estudiar la posición en la que han caído y ser muy cuidadoso al sacarlos ya que, a medida que vas quitando palitos, la cosa se va complicando porque el equilibrio es cada vez más precario. Gana el que haya conseguido más palitos de su color. Con los niños hay que relajar un poco las normas, porque, o apuntan ya desde los 3 años a tener pulso de neurocirujano, o lo normal es que del primer intento no quede un solo palito quieto. Habrá que trabajar entonces la frustración pero de momento me centro en la paciencia y la observación, pero sobre todo en la PACIENCIA.Porque, hablando de paciencia, ¿cuánto calculáis que es para vuestros hijos “un momento”?
Es decir, cuánto tiempo real transcurre entre que te llaman, les dices “un momentito hija que ya voy!” y te vuelven a llamar y te vuelven a llamar y te vuelven a llamar y te vuel…
En el caso de las mías es algo así:
- Un momento hija que meto el pollo en la nevera y voy. Me vuelve a llamar cuando estoy aún abriendo la nevera. Hasta que termine de abrirla, meta el pollo y la vuelva a cerrar les habrá dado tiempo a llamarme otras tres veces.
- Un momento hija que me pongo los zapatos y voy. He dejado de usar zapatos de cordones. Son unos tiempos de espera inaceptables en mi casa los necesarios para atármelos.
- Un momento hija que me quito las medias y voy a ayudarte a lavarte las manos. ¿Pero cómo te has mojado todas las mangas? Es que como no venías a ayudarme a remangarme…. Sólo me he quitado una pierna de las medias que llevo arrastrando de la otra que aún está puesta.
- Un momento hija que voy al baño. En este caso es una confusión temporal total, porque el tiempo que se otorgan a sí mismas para hacer popó es un momentito que puede durar en tiempo real lo que se tarda en leer 2 tomos de los Hermanos Grimm. En este caso he probado a ser más drástica y he corrido por el pasillo diciéndoles “¡Espera espera un momento que mamá se hace pis encima, tengo que ir al baño primero!”. Pues ni por ésas. La motivación de ver a su madre mearse es mayor aún y me obstaculizan el paso con cualquier pretexto.
Así que para despertar su interés en el mikado real, hemos pasado primero por el mikado dulce.
La propuesta de este mes para el Reto ¡Qué rico Mami! ha venido de la mano de mi queridísima Elena Perez. Elena es la creadora del blog El Pastelito Valiente que no es otra cosa que DELICIOSO en sus propuestas culinarias y en su estilo y buen gusto. Nos ha pedido preparar una receta de GALLETAS de cualquier tipo. No había más condiciones que que participaran los niños en su preparación, lo cual ha sido muy bonito porque nos ha obligado a pasar un ratito con ellos, y a dejar de un lado los perfeccionismos con los que veces nos obsesionamos un poco. Y eso que yo soy más bien de rollo “rústico-imperfecto” en la cocina.
Mi elección fueron las galletitas Mikado en versión casera porque me sirvió también para explicarles que existe un juego de verdad que se llama así y porque me pareció que se prestaba mucho al entretenimiento porque lo de hacer gusanitos de masa en plan plastilina es una oferta de ocio difícil de rechazar entre los 4 y 7 años. En este caso veréis que la longitud de los palitos dista mucho de ser la misma en todos los casos. A veces porque salieron así y a veces porque se nos rompían. Pero nos fuimos comiendo los trocitos en el proceso.
Otra cosa buena es que lo hicimos en dos días distintos, porque a veces se cansan y te dejan allí con “el pastel” -nuncamejordicho-. Así que hicimos la fase de plastilina y hornear los palitos un día, y al día siguiente la de pintura y decoración con chocolate y sprinkles varios. Ahí está la peque en plena faena. Lo de vestirse de enfermera para cocinar no sé a qué vino pero muchas veces ya no me hago preguntas.
Aquí va la receta.
Ingredientes
- 75 grs de mantequilla a temperatura ambiente
- 50 grs de azúcar glas
- 1 pizca de sal
- 1 huevo
- 20 grs de almendra molida
- 130 grs de harina de todo uso
- Chocolate de cobertura para fundir y bañar
- Almendra crocanti, pisctacho molido, sprinkles de colores o cualquier otro adorno que os guste.
Preparación
- Preparar la masa poniendo en un bol la mantequilla con el azúcar glas y la sal y batir hasta que quede cremoso.
- Añadir el huevo, la almendra y la harina y mezclarlo todo bien hasta que podamos hacer una bola que no se pegue. Puede que necesitemos algo más de harina dependiendo del tamaño del huevo. Si es muy grande, la masa quedará más húmeda y pegajosa y necesitaremos añadir un poquito más de harina para poder manejarla. Hacer una y aplastarla en forma de disco, envolverla en papel film y meterla una hora en la nevera para que se endurezca.
- Precalentar ahora el horno a 160º
- Sacar la masa del frigorífico, ir tomando pedacitos y hacer bastoncitos haciendo rodar la masa por la encimera.
- Ir depositándolos con cuidado en la bandeja de horno forrada con papel sulfurizado y hornear unos 10 12 min, hasta que estén doraditos.
- Fundir el chocolate y bañarlos y espolvorearlos con el topping que queramos. Nosotras usamos almendra crocanti, pistacho molido y sprinkles de azúcar de colores pero aquí la imaginación al poder.
- Dejar de nuevo en la bandeja hasta que el chocolate se endurezca.
Las medias que voy a empezar a usar para evitar el "arrastre" |
Qué buena eres Bea! me parto con tus historias (será que me veo reflejada como en mi misma casa?!) en fin, que tus mikados (a los que en mi tierra se llaman "palitos chinos"- no me preuntes por qué -- se ven hiper deliciosos, ese chocolate negro de vicio, asi que me la apunto como parte del "recetario de Bea" que ta tengo adoptado en casa.
ResponderEliminarun besote!
Flor
Que buenos Beaa por Dios!! a mi los mikado me chiflan!! con esas ayudantas no me extraña que te salieran tan buenos!!
ResponderEliminarUn besazo grande
Ja,ja. Nuevo disfraz para cocinar, siempre ayuda una enfermera cerca, siempre maja. Yo no he jugado al mikado, pero me lo apunto que a Oliver estos temas para trabajar con él los turnos, la espera y demás seguro vienen bien. Lo malo es la otra, que seguro no nos va a dejar. Los palitos con una pinta estupenda. Un besote.
ResponderEliminarMonie
Jajajajajajaja te entiendo muy bien!! Sabes que yo llevaba esas medias cuando tenía, pongamos, 14 ó 16 años??
ResponderEliminarQué buena idea, genial la de hacer mikados con las peques para enseñarles el juego, aunque no sé si vas a poder pasar a la fase no dulce de los palitos!
Me ha encantado que digas que tu estilo es rústico-imperfecto! Es lo mejor en la cocina, no puede estar todo perfecto siempre.
Voy a intentar hacerlos con las mías, que os han quedado muy bien!!
Un beso
Bea me encanta leerte es terapia total ..puedo decirte que mi hijo que ya va camino de los 14 puede decir mami 18 veces en una frase de 5 palabras coherentes ...nunca he jugado al mikado pero habrá que empezar jiji
ResponderEliminarlas pinches maravillosas de enfermera y todo ...
Me quedo con tus mikado terapéuticos ♥♥♥♥
Me parto de la risa, Bea!! Es que es la pura realidad!!!! Me apunto lo de las medias y desde luego lo de las galletitas mikado, una gran solución terapéutica para todos. Besotes, guapa!!
ResponderEliminarOoooohhh mikados... que ricos!!! Y con ese chocolate puro tienen que estar... ñam ñam!!! ^_^
ResponderEliminarPor cierto, que entretenidas se les veía a las peques... jejejeje!! :D
Me meo contigo! Madre mía... de todos modos la relatividad del tiempo es así siempre, te lo prometo, aunque no tengas hijos, da igual.
ResponderEliminarYo ya voy desistiendo, en parte porque la naturaleza desistirá por mí no tardando mucho :) y en parte porque no tengo tiempo y todo es muy complicado, y un pequeño apéndice preguntando por su osito, sumado a los 100 whatsapp por segundo que procesa mi móvil, las reuniones diarias y a veces dobles, y mi vida en general... darían conmigo en un psiquiátrico antes de ver el positivo en el predictor.
Ay que angustia. Te cojo un mikado.
Bea, en primer lugar, gracias por tus palabras, que me he emocionado y todo jejejejeje. Me encantan estos Mikados, desde que ví la propuesta los tengo en primer puesto para hacer con mis hijas y la historia que nos cuentas ¡¡¡¡me he sentido tan identificada!!!!! Yo hace tiempo que espero a que llegue mi marido para poder entrar un ratito al servicio... salir con el pelo lleno de jabón es lo habitual... Me ha encantado saber que no soy la única... BS
ResponderEliminarMe encantan tus historias, de verdad, ¡que levante la mano la mamá que no se ha visto reflejada en el tema "cuánto-dura-exactamente-un-momento"! Los Mikado están en mi lista de pendientes desde hace ni se sabe, ¡con lo fáciles y bonitos que son!, esto hay que remediarlo cuanto antes. Y todo el mundo sabe que vestida de enfermera las cosas salen mucho mejor... ¡qué guapísimas tus niñas!
ResponderEliminarBea, me encantan las galletas y la terapia. Aquí hay que optimizar y lo mismo que están entretenidas haciendo las galletas, van aprendiendo, dí que sí. Jajaja, de ilusión también se vive ;)
ResponderEliminarYo me las apunto, que a la pequeña la puedo tener entretenida una tarde, y la mayor a la decoración también se apunta.
Si las baño de chocolate blanco, no dejan ni las migas! !!
Un besazo, preciosa!
Por cierto, tus soles son preciosas!
Me he enamorado de este receta, cuando tiempo sin comer Mikado!!! y si con caseros muchísimo mejor. Te robo la receta!!
ResponderEliminarUn besitoo
eres genial! me ha encantado todo de principio a fín! y me pasa como a tí que muchas veces no me quito el abrigo ni voy al baño cuando ya llevo media hora atendiéndolas y eso que entraba en casa que ya en el ascensor creía que "no llegaba!!!"
ResponderEliminarVoy a hacer esta receta muy pronto! ya te contaré!
Un beso!!
jajaja tu siempre con ese arte que te caracteriza!!! Las niñas son de revista, que pedazo de guapas!!! y los mikados de pecado absoluto!!! Una receta de diez, un abrazo enorme
ResponderEliminarYo también me identifico plenamente contigo, por eso voy a poner en marcha el tema mikado ,jaja.
ResponderEliminarBesos crisylaura.
Jajajajaja historias de una madre en apuro, jajaja.
ResponderEliminarQue ricos los mikados, y cuantos recuerdos, comiéndolos a modo de ratoncitos con mordiscos chiquititos.Y tus niñas, preciosas....
Jajaja Te entiendo perfectamente, es desquiciante!! Luego tú las llamas y, directamente, ni contestan :(
ResponderEliminarGeniales los mikados. Me los apunto!!
Muy buenos días guapa!
ResponderEliminarEn casa el mini aún es pequeño, pero ya apunta maneras para poner a prueba nuestra capacidad para aguantar sin estallar... la sra. Pumuky la prueba no la pasa, pero yo de momento estoy aguantando, y es que todo el mundo me dice que tengo paciencia infinita (también hay muchos que dicen que lo que tengo es mucha pachorra, según se mire...). Ya veremos cuando tenga la edad de tus peques, si mi paciencia sigue igual, o simplemente deja de existir, jajaja!
Eso si, en el mikado soy un auténtico desastre, se me da fatal, así que mejor me zampo unos cuantos palitos de estos tan ricos que habeis preparado, que se ven estupendos!
Por cierto, creo que ya te lo he dicho alguna vez, aún así, lo repito, tienes unas peques guapísimas!
Besos!