09 septiembre 2013

Tian de verduras

Levantarse a la hora que uno no se levanta normalmente. Pasar con los hijos el tiempo que uno no pasa normalmente. Comer unas cantidades que uno no come normalmente... Porque para mí, si no me levanto tarde, si no estoy todo el día con mis mochuelas colgadas de la chepa y si no me pongo como el tenazas, no son vacaciones. Y os aseguro que de este veraneo he venido con una sensación de haber estado de vacaciones que no recordaba.
Así que ahora toca prepararse para las siguientes. Porque las vacaciones que tenemos por delante serán las de Navidad y, o llegamos en buenas condiciones, o lo de ponerse como el tenazas va a tener consecuencias trágicas.
Lo de dejar de levantarse tarde se consigue bastante rápido. Es una bofetada rápida del despertador el día que uno se reincorpora al trabajo y una semana de estar arrastrándose de cansancio.
Lo de despegarse de la prole es igual de drástico porque el cole es implacable y se las traga y te deja su ausencia durante horas que se hacen eternas los primeros días. Parece que no sabes qué hacer ni a dónde mirar cuando de repente te quedas sin ellas... Y te repites que el cole es bueno, que tienen que aprender y socializar. Y te convences cuando ves lo contenta que se pone la mayor de 6 años de ver a los compañeros. Pero cuando ves a una mini-muñeca de 2 años con su uniforme y su cartera te preguntas qué pasa en este mundo para que tengamos que separarnos tan pronto.
Lo más difícil es lo de devolver al estómago a un comportamiento civilizado. Hacerle entender que no puede ponerse a gritar para que le des una tostada de pan con tomate a las 12 de la mañana porque estás en una reunión es más complicado de lo que pueda parecer. Cuando le da la rabieta y se pone a rugir, buscas a la supernnany de los estómagos malcriados a base de desayunos tardíos, aperitivos eternos, comilonas a las 4 de la tarde y cenas con vino, pero aún no la han inventado.
Mi estrategia es intentar distraerlo dándole comida que esté igual de rica que lo más engordante del mundo (admitámoslo, todo lo que engorda a lo bestia está riquísimo) pero que esté algo más recatadita de calorías y grasas.
Este plato de verdura cumple con el engaño a la perfección: es sabroso, ligero, y lleva un limitado aporte de hidratos y grasas para mantener los niveles de energía necesaria para afrontar la vuelta a la rutina a la vez que vamos deshaciéndonos del flotador.
No es nada difícil de preparar. Pero se requiere un ratito de dedicación para ir colocando las verduras bonitas. A mí me llevó unos 20 min que pasé muy a gusto pensando en mis cositas. Vamos con la receta.

Ingredientes
  •  una cebolla grande
  • 2 calabacines medianos
  • 2 patatas medianas
  • 4 tomates medianos
  • un chorrito aceite de oliva
  • sal y pimienta
  • una pizca de tomillo
  • un poco de queso rallado (opcional)





Preparación
  1. Picamos la cebolla y la pochamos en un chorrito de aceite de oliva hasta que esté tierna y transparente.
  2. Mientras, podemos ir cortando en rodajas finas los calabacines, las patatas y los tomates. Es recomendable utilizar una mandolina para conseguir que queden más finas e igualadas las rodajas. Si tienes un pulso de neurocirujano, un cuchillo del mismo centro de Albacete y una paciencia de asceta tibetano puedes hacerlo a mano.
  3. Engrasamos ligeramente una fuente apta para horno y ponemos en el fondo la cebolla pochada.
  4. Precalentamos el horno a 200º.
  5. Vamos colocando la verdura en círculo como en la foto alternándola. Yo empecé poniendo una rodaja de cada verdura y acabé poniéndolas de 2 en 2 para acabar antes y para que las de tomate, que eran muy finas, se vieran más.
  6. Salpimentamos y aromatizamos con el tomillo o con las hierbas que nos gusten.
  7. Cubrimos con papel de aluminio para que no se queme la verdura mientras se asa y lo horneamos durante una hora.
  8. Transcurrido el tiempo comprobamos pinchando con un tenedor que la verdura está bien asada y blandita. Esto dependerá de la variedad de la patata, de la cantidad de agua que tuviera la verdura... Así que si veis que no está hecha la dejáis más tiempo. O si antes de la hora veis que ya está muy hecha, pues mejor!
  9. Le quitamos el papel de aluminio y lo dejamos 10 min más para que se tueste un poco por encima. Podemos añadir ahora un poco de queso rallado para que quede más sabroso. Yo le eché muy poquito para que no dejara de ser un plato ligero y porque me gustaba el toque de queso pero no quería perder el sabor a verdura. Esto ya va en gustos.
  10. Lo podemos tomar caliente o tibio. Como entrante o como acompañamiento de un plato de carne a la plancha o un asado.
Como decía mi abuela. Así estaba yo de contenta en vacaciones.


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4 comentarios:

  1. Me encanta esta propuesta sana y poco calórica! y es que además tiene que estar riqúisima! y que presentación más chula te ha quedado ;)-

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  2. Ainss cuánta razón tienes!! yo ya estoy preparada bueno, mejor intento estar mentalizada, dieta, ha comenzado el cole y mañana suena de nuevo el despertador... ufff!!! Delicioso el plato de verdura. Me lo apunto para la dieta. Besos

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  3. Me encanta esta receta, me gusta todo y lo que ya mas es la manera de presnetarlo, es preciosa y muy vistosa!!! :)
    Besines

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  4. Me parece una receta ideal para comer verduras :D

    Bss
    Con Especias

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