El caso es que este mes estaba en AZCA una zona de oficinas y comercial. A mí particularmente la ubicación me parece muy americana de un día de diario. Los oficinistas de las grandes torres suelen comer al aire libre algo rápido en los aledaños de los rascacielos. Si os dais una vuelta a eso de las 12h00-12h30 por el Financial District de Manhattan, veréis muchas señoras con traje de chaqueta y mucho encorbatado sentados en las escalinatas de los edificios o en bancos al sol comiendo delicias compradas en puestos callejeros.
Tanto es así, que en EEUU está triunfando una idea de unos emprendedores españoles que consiste básicamente en una funda de plástico para la corbata (ver vídeo tietop) porque claro, comerse un perrito con su mostaza y su ketchup sentado en unas escaleras, por muy para delante que te eches para que los goterones caigan al suelo, tiene el riesgo de que la corbata quede colgando y sea la que recoja... A mí lo que me parece que tiene más mérito de la idea es haber hecho que la gente olvide que existe el clásico pisacorbatas, tan clasicorro y anticuado en su uso como queráis, pero que yo veo mejor que ponerle un gorro de ducha a la corbata... pero vamos, que si se trata de emprendedores españoles, espero que vendan mucho mucho...
Volviendo a MadrEat encuentro que, para un fin de semana, el parquecito que hay alrededor de la Torre Picasso era muy agradable, pero sospecho que la afluencia de público ha sido baja, porque casi nadie se acerca por las torres en un día no laborable.
Pero la clave de MadrEAT no es ni su ubicación, ni si el público es oficinista o no. La clave es que se puede comer de un puesto de la calle y disfrutar de una auténtica delicia. Si, como yo, tenéis un poco asociada la comida servida en la calle con el chino que sacaba los bocatas de panceta que tenía escondidos detrás de una papelera (cuenta la leyenda urbana que también los guardaban dentro de la papelera) a partir de las 3 am en plena Gran Vía, tenéis que quitaros esa idea.
MadrEAT es otra cosa. En MadrEAT hay estrellas michelín en un camión. Hay cocina internacional, hay comida tradicional, hay dulce, salado, hay showcooking y demostraciones de cocina delante de tus ojos. Hay salado y hay dulce. Y hay aire libre, que es de lo que se trata, de comer en la calle.
El espacio está organizado con los camiones y puestos de distintos tipos de comida a lo largo de hileras. Y en zonas abiertas y espaciosas se colocan mesas para poder sentarse disfrutar los manjares. Hay también unas gradas de lo más agradables en las zonas de sol.
Si vas con niños a los que les gusta todo, pues es una oportunidad de experimentar. Si no, siempre hay la opción "fácil" pero no por ello de peor calidad. Nosotros compramos para ellas una pizza cuatro quesos horneada con leña en el propio camión que estaba espectacular. El clásico puesto de perritos calientes no podía faltar, aunque la variedad que ofrecían daba para estar media hora decidiendo. Hay croquetas, empanada, japonés, tailandés, comida estadounidense sureña (me quedé con tremendas ganas de probar el Gumbo típico de New Orleans que servían acompañado de una caña de Estrella Galicia #vivalacocinafusión)
Pero finalmente me llamó el japonés L'Artisan en el que me prepararon una baguette de panceta ahumada asada a baja temperatura con una mayonesa picante, cebolleta encurtida y cilantro. Estaba muy muy buena, aunque como veis, too much cilantro para mi gusto. La bolsitas de papel de inspiración origami que tenían en el mostrador y en las que te entregaban el pedido me conquistaron.
Porque MadrEAT también es eso, es estética, todo está cuidado. Se insiste en la idea de que comida callejera no es comida cutre. No tiene por qué serlo (olvida el chino de Gran Vía, olvida la papelera).
Así que, a comer a la calle, a disfrutar del sol aunque haga frío. Que además de comida para entrar en calor, hay música para bailar.
Pues nada, os dejo con unas fotillos más del ambiente de MadrEAT y os animo a que os deis una vuelta por la próxima edición, yo lo haré sin duda.
Os quiero enviar desde esta despedida del otoño, mis mejores deseos para el año que viene. El 2015 promete.
Felices Fiestas
Adiós Otoño Adiós. Nos vemos el año que viene. |
Buenas! Podría jurar que he estado en tu blog antes,
ResponderEliminarpero después de navegar a través de él viendo algunos de
los post me di cuenta de que es nuevo para mí.
De todos modos, estoy encantado de haberme topado con esta
página. La pondré en mis marcadores para volver de nuevo !
Feel free to surf to my weblog :: contaminacion para niños
Yo creo que estos chicos de MadrEAT no dan con la ubicación. Moncloa estuvo bien pero está en el quinto pimiento y desde luego, a mí desde Carabanchel por más que me seduzca la idea me esperen sentada que eso es una hora larga de metro.
ResponderEliminarY Azca, pues un poco lo mismo... con la inestimable ventaja de la línea 10 que va que vuela, pero es que Azca, un finde... ¿quién quiere ir ahí un finde?
Un finde te vas al Centro, a Lavapiés, a Malasaña o a Huertas, pero leches, no te vas a Azca y menos aún si curras ahí, vamos entonces no vas ni a rastras.
Yo cuando me lo acerquen un poco sí que pienso volver, conste, que la idea me moló. Mucho más que la pancetorra de los chinos de Gran Vía que esa... esa sí me la conozco... tralara... no tengo edad para esto verdad?
Hay mucha gente que odia comer en público y yo nunca lo he entendido. Soy de las que si hay terraza prefiero comer ahí aunque me pele de frio y aunque no lo creas, en Madrid, sobre todo en la zona centro, las terrazas están puestas todo el año en muchos sitios. Madreat en su primera edición me resultó curiosa, pero no la disfruté ya que fue el día de GastroMad y francamente, ni para un triste perrito tenía hambre. Me alegra saber que va a seguir, porque seguro que me acerco en otra ocasión, por lo menos para ver la estética.
ResponderEliminarBss y Feliz Navidad
Elena
http://lacajitadenieveselena.blogspot.com.es