Hoy una madre del colegio de una de mis hijas me ha pedido el teléfono para meterme en el grupo de la clase. Y se me ha ido un latido. Porque los chats de
las madres del colegio los carga el diablo. Y no me refiero al estrés añadido que generan en los padres y a lo de que los hijos no se hacen responsables, que también está eso. Me refiero a que cuando el capullo del autocorrector del iPhone te juega una mala pasada en el chat de tus amigos todo queda en una gracia. Pero en el chat de
las madres llega ese día
en que una de ellas te avisa de que al día siguiente hay que llevar 3 pinzas verdes y una pajita. Y ese día lo que tú quieres escribirle a esa madre es
Gracias pero el capullo del iPhone le dice
Fea. Delante de todo el grupo. De madres. Catástrofe social.
Does your iPhone hate you too? Mine hates me and does not want me to be friends with the other moms in the neighborhood. It keeps autocorrecting what I intend to write and transforming it in anything offensive she can think of. Yes, I'm pretty sure my iPhone is a "she". And she wants to take over me and control who I am friends with, which is going to come down to no one in no time. Last time I tried to write "thanks" to the mother of one of my daughter's friends, my iPhone told her "ugly" instead. They don't wave at us anymore when we drive by their house.
Scroll down for recipe in English
Lo peor no es que la llamara fea, lo peor es que con las prisas ni me fijé en que no había escrito lo que pretendía. Y ahí se quedó, sin respuesta de nadie, como con con eco.
Fea Fea Fea
A la mañana siguiente cuando me di cuenta del error habían pasado ya 12 horas desde el fatídico
Fea. Para entonces con toda seguridad existía ya otro grupo paralelo de WhatsApp al que yo no había sido invitada y que debía de llevar por nombre Fea&Co. Lo acepté porque me lo merecía pero me mantuve activa en el grupo original por aquello de que si no me daba por aludida parecía que yo no había hecho nada (píopíoqueyonohesido se llamaba esto hace años).
Y el grupo continuó su andadura desquiciadora de padres cada vez que nos damos cuenta de que siempre hay algún otro niño que se acuerda de todo y que les dice a sus padres todo lo que hay que hacer, llevar, comprar, estudiar. Yo tengo mis sospechas de que esos niños llevan un zapatófono con cámara al colegio. Y que sus madres se conectan en
streaming al zapato mientras el niño está en la clase. Porque es verdad que la mía es despistada, pero ¿tanto?
Pero lo importante es que volví a ser aceptada en el grupo.
Hasta ese
otro día.
Estábamos las madres intercambiando pistas acerca de dónde comprar un gorro de bombero que nos habían encargado en el colegio para el día siguiente, cómo no. En mi afán por aportar al grupo me dirigí a una madre en concreto para indicarle que muy cerca de su casa había una tienda en la que podría encontrar el dichoso gorro. Le di la dirección del sitio y quise añadir "lo tienes al ladito". Pero el iPhone le dijo
tienes ladillas. De nuevo silencio en el grupo. Hasta hoy.
Lo que sucedió a continuación ya lo sabéis. Nos hemos mudado de continente y ahora vivimos a 8.000 km de esas madres.
¿Os imagináis lo que puede ser capaz de hacer mi iPhone en un grupo de madres en inglés? Es capaz de insultarlas con palabras que ni voy a conocer! Y no me daré cuenta hasta que no me llegue el olor de las barbacoas del vecindario y vea que no nos han invitado.
Y hablando del inglés, del idioma, no de Beckham (por qué estaría yo pensando en él? ah sí, porque lo hago a diario), aquí he descubierto que a las cositas de mojar en plan "dip" muchas veces les llaman
salsa. Sí, en español,
salsa. No
sauce. Las
sauces son más bien las que van en los guisos para mojar el pan, aunque a esas a veces las llaman también
gravy ... No sé. El caso es que yo me he aficionado mucho a las
salsas. Es lo más fácil del mundo. Unos pocos ingredientes en la picadora, un par de pulsaciones y salen maravillas. Esta maravilla en concreto está de toma-pan-y-moja, de coge-cuchara-y-come, de unta-en-tostada, de echa-a-los-bocatas... Vale para todo. La vais a volver a ver por aquí dentro de unos días en otra receta así que atentos. Vamos.
Ingredientes
- 2 aguacates
- Un buen manojo de cilantro y perejil: bien apretadito todo que ocupe más o menos lo que te cabría en una taza de café. En mis proporciones había más cilantro que perejil porque me gusta mucho
- El zumo de 2 limas
- 120 ml (como 1 vasito de los de vino) de aceite de oliva virgen extra
- 120 ml (como 1 vasito de los de ) de agua
- 2 dientes de ajo
- Un buen puñado de pistachos pelados como unos 60-70 grs
- Un jalapeño (para darle un poco de alegría Macarena aaaaay!)
- Sal
Preparación
- Todo a la picadora (o blender, o thermomix, o procesador de alimentos...) a la vez menos los pistachos. Pulsar pulsar pulsar hasta que quede en plan salsita. Añadir los pistachos y pulsar menos para que se noten los trocitos. O pulsar mucho si no os gusta que se noten. A mí me va el tropezón.
- Comer. El día que lo preparé pensaba reservarlo en la nevera para usarlo en otra receta que ya os enseñaré. Pero sólo pude reservar la mitad. El resto me lo comí bien extendidito sobre pan tostado con una hojita de cilantro entera encima. Yo doy ideas.
Ingredients
- 2 avocados
- One jalapeño (seedless)
- Juice of 2 limes
- 1/2 cup of a combination of parsley and cilantro. My mix had more cilantro. Adjust to your taste.
- 1/2 cup extra virgin olive oil
- 1/2 cup water
- 2 cloves of garlic
- 1/2 cup pistachios (peeled please!)
- Salt
Directions
- Everything but the pistachios into the food processor. Pulse pulse pulse. Voilà. Add pistachios and pulse only twice to leave the salsa on the crunchy side of salsa-life. Double voilà.
- I was profoundly determined to store this in the refrigerator to use it in another recipe that I will be sharing shortly. But I just couldn't help myself and ended up eating half of it spread on toasts with a fresh cilantro leaf on top. Just letting you know.
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Temo que la cosa pueda acabar así si no quito el autocorrector del iPhone. |