Pañuelo de hojaldre de ibérico y brevas

Yo no soy muy amiga de las mezclas dulce-salado. Mi paladar es cateto en ese sentido. Poco a poco intento educarlo y a veces creo que más me hubiera valido ir yo toda entera a Georgetown que me habría salido igual de caro al precio que están las grandes universidades de la restauración. Pasito a paso voy incorporando mezclas no demasiado arriesgadas a mi recetario y, de momento, como a mí me resultan más llevaderas es utilizando la fruta como elemento dulce (manzana en las ensaladas, pera o uvas con los quesos...)

En el caso de la receta de hoy el contraste es muy sutil porque las brevas, a diferencia de los higos, no son demasiado dulzonas. Es curioso que para lo de las mezclas de sabores soy muy de pueblo, en cambio para las cosas de la huerta nada. Hace relativamente poco tiempo que tengo clara la diferencia entre higos y brevas. Para los que tampoco lo sepáis, os voy a ahorrar la confesión y así lo aprendéis ahora y os hacéis los hortelanos-por-el-mundo cuando surja el tema de las brevas en una conversación, lo que no tardará en sucederos porque la #breva-vs-higo junto con #lospapelesdebárcenas son trending topic  casi a diario.
A lo que iba, que tanto las brevas como los higos son frutos de la higuera (sí, seguro que alguien pensaba que eran de dos árboles distintos, que los hay menos de pueblo que yo incluso). La diferencia fundamental es la época en la que la higuera da cada fruto. Las brevas, como decía, son algo menos dulces pero de carne más prieta (quien fuera breva) y se dan en los meses de junio y julio, mientras que los higos son más hacia agosto o incluso septiembre. Además no todas las higueras dan higos después de las brevas, la naturaleza es caprichosa en este sentido.
Así que cuando os digan que algo va a suceder "de higos a brevas", ya sabéis que son unos 10-12 mesecitos de espera (en el futuro también se podrá sustituir la expresión por "lo que tarda Hacienda en pagar cuando te sale a devolver")

Ingredientes (para 2 pañuelos)

• Una plancha de hojaldre rectangular 
• Jamón ibérico
• Unas 4-5 brevas lavadas y con la piel
• Sésamo

Preparación

1. Precalentar el horno a 200º
2. Extender la masa de hojaldre. Aquí voy a extenderme un poco. A mí me gusta usar la masa rectangular, porque si la quiero usar para una preparación en molde redondo puedo desechar los bordes (yo no desecho nada, los uso para hacer saladitos caseros). Para las recetas de tipo empanada de hojaldre como es el caso de la de hoy, el que más me gusta es el de Lidl. He probado a hacer dos empanadas de hojaldre, una con el de Lidl y otra con el de Mercadona y la diferencia era muy notable. En cambio, para hacer otras cosas como palmeritas de hojaldre, prefiero el de Mercadona, por el tamaño y por la consistencia. 
3. Cortar la masa en dos cuadrados.
4. Cortar en trozos las brevas y repartirlas en el centro de cada cuadrado de hojaldre. Si están muy maduras, como me pasó a mí, aplastarlas con el tenedor y dejar una capa de breva aplastada.
5. Colocar lonchitas de jamón ibérico por encima.
6. Cerrar el hojaldre haciendo la forma de pañuelo, es decir, uniendo los vértices del cuadrado en el centro.
7. Pincelar con huevo batido y espolvorear con semillas de sésamo
8. Hornear a 200º hasta que el hojaldre esté doradito por encima y hecho por debajo. El mío tardó unos 20-25 min. Si veis que lo levantáis un poco con un tenedor o cuchillo y que a pesar de estar dorado por encima, la parte de abajo sigue blandita, lo mejor es cubrirlo con papel de aluminio y cambiar la fuente de calor del horno a sólo por abajo unos minutos más.

Cosas a tener en cuenta:
- como ya entramos en agosto y empieza la temporada de los higos, también los podéis utilizar. Ya sabéis, el contraste dulce-salado será algo más intenso.

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