21 octubre 2013

Draculines y diadema vampira - DIY

¿Recordáis qué es lo que más miedo os daba de pequeños? A mí Drácula. No los vampiros en general sino el Conde Drácula. Esto se agravaba porque los vecinos tenían un reloj que marcaba las horas a un volumen tal que te daban ganas de tomarte doce uvas si te pillaba despierto. Cosa que a mí no me ocurría con frecuencia porque mi objetivo al irme a la cama era estar dormida antes de medianoche para no morirme de miedo. Oír las campanadas y empezar a imaginarme abriéndose la tapa del ataúd y a Drácula saliendo a buscarme era todo uno. Y ya no había quien se durmiera porque había que estar alerta... Ahora lo pienso y no tenía ningún sentido: por un lado, si estaba dormida me sentía a salvo, porque como todo el mundo sabe, la sangre de los dormidos no le gusta a Drácula (¿?), pero si estaba despierta, ya mejor no dormirse, porque estar despierta era la forma de que no me pillara por el pescuezo. El miedo es libre, y tonto por lo que se ve.


Y la verdad es que hoy por hoy no entiendo por qué me daba miedo Drácula, cuando en realidad es lo más guapo que ha podido ser jamás un murciélago. Los murciélagos reales, los que no llevan capa ni te pillan del cuello en plena noche son de los bichos más feos, repugnantes y grimosos que hay en la naturaleza. Si de verdad hay que dar miedo con ellos, no sé por qué en las películas no los enseñan al natural, tal y como son, porque ver uno de cerca es de grito de Munch.
Así que yo me he reconciliado con la figura de Drácula y de los demás vampiros finos de ficción, y así trato de desterrar de mi mente la imagen de los auténticos. La verdad es que volver a sentir simpatía hacia los vampiros resulta bastante fácil cuano te dicen que lo que veis aquí debajo es uno de sus máximos exponentes. (Mira que yo no quería engancharme a otra serie - True Blood).
Y bueno, además de verme las temporadas de esta serie una detrás de otra me he dedicado también a hacer manualidades muy monas con mis niñas para ambientar la casa de Halloween. Son muy facilonas y se hacen rápido, que ya sabemos que es fundamental a la hora de los DIY con niños porque su capacidad de atención dura mucho menos que la vuestra si estáis mirando aún la foto de arriba.
Se trata de unos móviles de murciélago y de una diadema también de murciélagos que no me digáis que no es de lo más cuca. (Se la vi a Martha Stewart de la que hablaremos en alguna ocasión porque me tiene fascinada). Me la pienso poner para recibir a los niños que vengan a por chuches a mi casa. Bueno, antes compraré chuches a montones que el año pasado vinieron más niños de los que yo esperaba y más de uno creo que me habría dado con la guadaña de plástico al ver las nubes resecas que saqué de un bote cuando se me acabaron las existencias.

Murciélagos móviles

Necesitarás:
  • Un cartón de huevos
  • Témpera o pintura acrílica de manualidades de color negro
  • Ojitos de mentira (los encuentras en los bazares chinos)
  • Pegamento
  • Purpurina
  • Hilo para colgarlos
Cómo se hace:
  1. Corta la huevera de forma que te queden filas de tres huecos para huevo. La del medio hará de la cabeza y las de los lados de las alas.
  2. Píntalo de negro y déjalo secar. Píntalo por dentro y por fuera para que cuando se vea colgado desde abajo se vea también negro.
  3. Cuando esté seco pégale los ojitos. Suelen ser adhesivos pero puedes añadir un poco de pegamento si no se pegan bien.
  4. Pon un poquito de pegamento en las partes altas de las "alas" de cada murciélago y espolvorea con purpurina. Así se quedará pegada.
  5. Haz un agujerito y con una aguja pasa un hilo por la cabecita y átale un nudo por debajo. 
  6. Ya los puedes colgar de donde quieras.

Diadema de murciélagos

Necesitarás:
  • Una cartulina negra
  • Tijeras
  • Alambre negro (lo puedes encontrar en los bazares chinos)
  • Una diadema negra
  • Una plantilla
Cómo se hace:
  1.  Imprime la plantilla en el tamaño que ves aquí y también un poco más grande (al 125% por ejemplo)
  2.  Dobla la cartulina y, situando la plantilla pegada al pliegue, dibuja el contorno del murciélago 3 veces con cada uno de los dos tamaños, así tendrás murciélagos grandes y pequeños.
  3. Recorta por la marca que has dibujado y obtendrás murciélagos enteros con el pliegue por la mitad.
  4. Haz un agujerito en el centro de cada uno.
  5. Corta pedazos de alambre (3 de unos 20 cm y otros 3 de unos 23cm). Es blando, con las tijeras se corta perfectamente.
  6. Introduce el alambre por el agujerito del murciélago y hazle unos dobleces por encima y por debajo del murciélago. Arrugándolo un poco sin más para que el murciélago se sujete. No cuesta nada doblarlo, es un alambre fino y muy blandito.
  7. Enrolla el otro extremo del alambre a la diadema.
  8. Repite los pasos con cada murciélago alternando grandes y pequeños y poniendo unos más altos que otros con los alambres de las distintas longitudes. Una vez en la diadema los puedes mover hacia delante y hacia atrás para que hagan mejor el efecto de estar volando por encima de la cabeza.


Os dejo con la música del comienzo de la serie True Blood que no puede ser menos vampírica y que me encanta.




Image and video hosting by TinyPic

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Dime qué te ha parecido o pregúntame lo que quieras

Post nuevo Post antiguo Home
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Blogging tips