Piragua - Granizado - Crushed Ice {de cereza y sandía}

No suelo tener suerte en los sorteos. Nunca me ha tocado la lotería, ni siquiera cuando he jugado. No me ha tocado nunca nada en ningún sorteo. Bueno miento, me tocó una vez una canoa gigante con remos que ha sido de completa INutilidad en mi vida pero que tengo sin estrenar en el cuarto trastero (ah, y el otro día en un rasca y gana de Ahorramás me tocó un aplaudidor de plástico para el mundial). Así que, con esta falta de azar suertudo en mi vida entenderéis mi emoción al haber sido agraciada en el sorteo de la anfitriona del reto ¡Qué rico mami!. Me hace especial ilusión porque la temática de este reto me toca de lleno: platos pensados para los más pequeños, por sanos, por divertidos, por fáciles, por lo que nos dé la gana cada vez, pero por y para ellos que para eso son la suerte más grande. Y me encanta también por todo lo que comparto con las personas que participan en el reto entre las que he encontrado a nuevas/buenas amigas. Así que ahí va. Este mes, la propuesta ha sido hacer Postres fresquitos y bonitos para los más pequeños, que ya estamos en temporada de refrescarnos la tripa pero lo queremos hacer con estilo.

La verdad es que como a veces no pienso las cosas, no caí al proponer mi propio reto en que yo no soy mucho de hacer helados. No tengo heladera. Es cierto que el método tradicional de hacer helados caseros, el de congelar y remover cada pocas horas para evitar que se formen cristales podría haberlo empleado, pero qué queréis que os diga, en estos tiempos en que una heladera que puede sacarte del apuro no es nada cara yo ya sabéis que no estoy por la labor de ir contra el progreso. Eso por no hablar de que mi cabeza no da para estar pendiente de remover cada varias horas en la vida que llevo actualmente. Tendría que ponerme una alarma en el móvil y no creo que sea capaz de procesar un ruido estresante más sin acabar volando sobre el nido del cuco.

Así que el helado quedó descartado. Luego están los polos que la verdad es que me encantan, pero hice un experimento que resultó fallido y me desmoralicé. Yo soy mucho de eso, y mi hija mayor lo ha heredado de mí. Me entra la emoción a tope por algo, me gasto un dineral en el equipamiento (en este caso la polera es de los chinos así que no ha dolido tanto) y como no me salga a la primera puedo desinflarme hasta dentro de un año que se me olvide la decepción.
Opción polo descartada también por el momento. Así que me he tirado por una opción que no sé ni cómo llamar. En realidad está inspirada en un refresco que conocí en un viaje a Puerto Rico que se llama Piragua y que no es más que un cono o un vaso de plástico hasta arriba de hielo picado al que le echan un sirope por encima de distintos sabores y muy dulzón y lo vas chupando. Es algo a medio camino entre un granizado, un sorbete y hielo picado.

La adaptación que he hecho yo consiste en haber congelado la fruta en vez de poner el hielo picado a secas, y haberla picado congelada junto con algunos hielos para que el propio hielo fuera de fruta.
Ahora os cuento todo el proceso porque es muy facilón.

Ingredientes

Para 4 vasitos como los de la foto

• 10 cerezas deshuesadas y congeladas
• 250 grs de sandía pelada
• 6 cubitos de hielo
• Sirope simple (opcional)
• Cerezas frescas y sandía para decorar (opcional)

Preparación

1. Sobre el sirope simple: es opcional porque a mí con el dulzor de la fruta me llega, pero si te gusta más dulce puedes añadir una cucharada de azúcar. El problema es que cristaliza más. En esta receta no importa mucho porque lo que queremos son precisamente cristales de hielo pero si haces el sirope te puede servir para polos también. Simplemente hay que poner en un cazo dos partes de azúcar por una de agua y mantener al fuego removiendo con una cuchara de madera hasta que el azúcar esté completamente disuelto. Tiene que quedar líquido, no demasiado denso pero asegurándonos de que el azúcar se ha disuelto. Lo retiramos del fuego y lo dejamos enfriar un poco. Ponemos una o dos cucharadas si decidimos usarlo.
2.  En un robot de cocina con cuchillas potentes ponemos las cerezas que tendremos ya congeladas y las trituramos hasta que estén en forma de granizado. Yo lo he hecho con la Thmx. Admiramos el color.
3. Añadimos la sandía y los hielos y trituramos hasta que esté bastante machacadito.
4. Lo vertemos en una bandeja amplia para que quede una capa no muy gruesa y lo metemos a congelar otra vez porque se habrá licuado ligeramente con el triturado y tendremos líquido.
5. Lo ponemos a congelar como una hora. Si la bandeja que has utilizado no es muy grande, tendrás una capa más gruesa que congelar y probablemente tarde más.
6. Cuando esté congelado simplemente rascamos el hielo de fruta y lo servimos en los vasos. Cuidado de no rascar mucho el fondo. Yo utilicé una cuchara de las de hacer bolitas.
7. Adornamos con fruta y con pajita porque a medida que se vaya derritiendo lo podremos beber.

Cosas a tener en cuenta:
- un chorreón generoso de ron, o de whiskazo, o de un licor que te guste, y la cosa ya no es para niños pero tiene un aquel muy agradable para tomar en la terraza por la noche por ejemplo.

No dejéis de visitar a mis compañeras de reto siempre tienen sorpresas y las propuestas son siempre de un nivel que os va a encantar. Podéis ver las recetas de todas las participantes en ¡Qué rico, mami!

Este aplaudidor que me tocó el otro día es lo único que me faltaba para emprender un plácido vuelo sobre el nido del cuco...