15 julio 2014

Mantelitos vaqueros - DIY

Confío mucho en que las modas vuelvan, porque si no, no sé qué sentido tendría que mi cuarto trastero esté abarrotado de cajas con ropa que no me pongo desde los años 90. Mi obsesión por guardarlo todo al final servirá para algo. Si yo no me vuelvo a poner esa ropa espero que lo hagan mis hijas, o mejor no, porque hay cada top que directamente lo voy a donar al departamento de vestuario de Juego de Tronos para que vistan a alguna  Khaleesi  que otra. Madrecita. Si no queréis guardar reliquias de otros tiempos y no están en condiciones de ser aprovechadas por nadie, os ofrezco la oportunidad de darles una vida más a esos pantalones vaqueros que ya no resistirían ni un lavado a la piedra más.

La verdad es que una vuelta por las cajas de mi cuarto trastero es a partes iguales visitar la cámara de los horrores y un túnel de la risa. Cuántas veces se me podría pasar por la mente la exclamación ¡¿pero cómo podía yo ponerme ESTA PRENDA?!. ¿Por qué guardo unas botas como de boxeador de color blanco con dibujos verdes y plastiqueras como una botella de cocacola de 2L? ¿Por qué guardo ese vestido con el que salí en mi primera Nochevieja con el pelo engominado? ¿Y esa camisa de leñador? Pero no de leñador  hipster  como las de ahora sino de auténtica franelaca gruesa. ¿Y El plumífero blanco hasta los pies? ¿eh?
Aunque debo decir que no todo era esperpéntico. Les tengo mucho cariño a mis  Panama  Jack  marrones oscuro para las que ahorré la paga de meses. Y les tengo mucho cariño a unos Levi’s 501 que me compré también con mis ahorros. Los únicos Levi´s que tuve de joven porque en mi hogar anti-imperialista mi padre no era partidario de ningún producto estadounidense (fui al  Mcdonalds  por primera vez con 18 años). Así que, como sólo tenía ésos, les saqué los dobladillos hasta que había marca de tres cercos de plancha. La tendencia estaba de mi parte porque se llevaban pesqueros. La pequeña pega que tenían…. me los compré de color verde-azulado (WHY?). Sé que nunca podré reciclarlos en nada, pero son un tesoro para mí.
El DIY de hoy no es idea mía, lo encontré por Pinterest que es un magnífico lugar para inspirarse. Lo vi y rápidamente pensé en unos vaqueros de mi marido que no veía el momento de quitarle del armario porque en su crisis de los 40 no se da cuenta de que ya no estamos para ir con vaquero roto. Y reciclé otros vaqueros míos que no han resistido el paso del tiempo y los cambios de talla.
Así que ya sabéis, si tenéis algún pantalón con unos bolsillos monos y que esté para tirar, podéis hacer estos mantelitos que a mí me parece que quedan muy bonitos. Eso sí, si la ropa está en buen estado, no la destrocéis! Es preferible dársela a quien la pueda aprovechar.
Necesitarás:
  • Pantalones vaqueros que no puedan ser reutilizados para vestirse
  • Manteles individuales de los colores que te gusten: yo compré dos manteles de colores en IKEA por 2 euros los dos. Y en la zona de  oportunidades  compré también un camino de mesa (el mantel azul que veis en las fotos) que me dio para cortar cuatro rectángulos y me costó 0,50 eur.
  • Aguja e hijo (y dedal!, que la tela vaquera es un poco dura)
Prodecimiento
  1. Descose los bolsillos de los pantalones
  2. Si has comprado una tela que tienes que transformar en manteles individuales escoge la medida, córtala y hazle un dobladillo. Si utilizas manteles ya hechos este paso no lo necesitas.
  3. Haz la composición de cómo quieres colocar los bolsillos. Como veis en las fotos, en los manteles en los que puse los bolsillos de los Levi´s de mi marido, puse sólo un bolsillo porque eran grandes. En cambio, los bolsillos de mis vaqueros eran más chiquititos así que hice una composición con los dos bolsillos en un solo mantel.
  4. Cuando hayas elegido la posición, fíja los bolsillos con alfileres y cóselos dejando la parte de la abertura sin coser. Es la que te servirá para meter la servilleta y los cubiertos.
Otras posibilidades:
Con las trabillas para el cinturón puedes hacer ganchitos con los que sujetar mejor los cubiertos. Puedes adornar con los botones de los vaqueros cosiéndolos en las esquinas de los manteles… Hay muchas opciones contando con un poco de tiempo y con otro poco de imaginación.
Ay lo que debe de haber en el cuarto trastero de esta diva del estilo noventero...

Image and video hosting by TinyPic

4 comentarios:

  1. o-m-g!!!

    Yo hace tiempo que acudo a un punto de intercambio de ropa, y me resulta de lo más apañado. Porque dejo lo que ya no voy a ponerme, y a cambio me llevo cosas usadas pero que para mí son nuevas y me apañan estupendamente.

    Y sí, de vez en cuando en este lugar (mi armario está reluciente de ropa antigua y pasada... bueno antigua hay, pero ponible) cosas que te hacen llevar las manos a la cabeza y preguntar POR QUÉ. En qué momento alguien diseñó aquellos shorts de terciopelo rojos con botones dorados ajjjjjjjjjjjs o esas camisetas de tirantes con hombreras.

    Sí, todos tenemos un pasado. Los puntos de intercambio de ropa son tesoros para los amantes de lo vinage y hipster en general. Yo como ves estoy con tus padres en el antiimperialismo: reusar antes que comprar.

    Pero cuando no se puede... no se puede. Eso sí, no tengo ninguna habilidad con la aguja, así que dejo los manteles para las expertas.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hala! Qué guay un punto de intercambio de ropa!! Yo quiero saber dónde/cómo/cuándo!!! Ay los shorts de terciopelo rojo... Pues mira, me has recordado un mono de manga larga rojo pero tipo short que me ponía yo en pleno invierno con aquellas medias negras pero negras finas de las que se te ve la carne. Con botas tipo militar... madre mía qué terror.

      Eliminar
  2. Yo tengo la ventaja de que como he viajado mucho he tenido que dejar todo lo supérfluo atrás... Y desde hace un tiempo he decidido que quiero que algunos armarios de mi casa sean minimalistas... menos el de los props de cocina y demás cacharritos, que ese ya está desbordado.
    La verdad que tengo la ropa que me pongo y si tengo más es porque me regalan cosas. Pero en cuanto llevo un año sin ponérmelas, las doy. De la peque mi hermana me ha pasado mucha ropa, que luego le he devuelto.. y mira, ahora la aprovechará la hija de mi hermano... si es que somos una familia de lo más recicladora... jajajajaja
    Oye, los mantelitos esos me encantan, yo soy una negada de la aguja, pero mi marido le da a la máquina de coser que ni te cuento... esa suerte tengo!!
    beso guapa!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Si yo tuviera que deshacerme de mis cosas me daba algo. Hace años y años que no me pongo cosas y que no soy capaz de tirar, es superior a mí. Creo que me alquilaría un trastero si tuviera que irme de mi casa sólo para saber que hay un lugar al que puedo volver a reencontrarme con mis reliquias.
      Y que tú marido le da a la máquina de coser!!!!!!!!!!!!!! Es un semidios. O un dios entero.

      Eliminar

Dime qué te ha parecido o pregúntame lo que quieras

Post nuevo Post antiguo Home
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
Blogging tips